La exposición prolongada a los humos produce cáncer.
Los que no lo sabían, seguro que, por lo menos, lo intuían.
Los vecinos de Carlos I y alrededores hemos sufrido el paso de 40.000 vehículos al día a escasos metros de nuestras ventanas. Algo inaceptable en cualquier caso, y más en una ciudad proclamada como "modélica" como Donostia.
La cultura urbana también es parte de la cultura de una ciudad, eso de lo que pretende ser referente Donostia ante el mundo.
Así que, un llamamiento a nuestros políticos para que se pongan manos a la obra y actúen, y sobre todo actúen bien, poniendo en práctica la solución que tienen sobre la mesa.
